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María Ana López, conocida como “La reina de la chipa”, comenzó vendiendo chipas a los 14 años en las calles. Hoy, a sus 69 años, es una exitosa empresaria con su propio local y 90 empleados.

En el kilómetro 68,5 de la ruta II, en Eusebio Ayala, se encuentra la chipería “María Ana”, un lugar que se ha convertido en parada obligatoria para muchos conductores. Detrás de este exitoso negocio está María Ana López, una mujer de 69 años conocida como “La reina de la chipa”, cuya historia está marcada por el sacrificio y la perseverancia.

María Ana comenzó a vender chipas a los 14 años en las calles, ayudando a su abuela. “Recuerdo que comenzamos de cero y con el tiempo yo iba juntando mi platita hasta que pude hacerme de local”, comenta en una entrevista para El Nacional. Gracias a su esfuerzo y dedicación, logró convertirse en una exitosa empresaria.

La historia de María Ana no fue fácil. Siendo madre soltera, tuvo que dejar a su hijo de dos meses al cuidado de su madre y hermana mientras salía a vender chipas. “Recuerdo todo esto y me emociona”, expresa con nostalgia. A pesar de las dificultades, nunca se rindió y siguió luchando por salir adelante.

Un punto clave en el éxito de su empresa son sus colaboradores. En la chipería “María Ana” trabajan unas 90 personas, de las cuales 40 se encargan de la elaboración de las chipas y 50 mujeres de la venta.

La mayoría de las chiperas son madres solteras y estudiantes, una decisión que María Ana tomó por su propia experiencia. “Yo fui madre soltera y sé lo que eso significa. El sacrifico que una madre soltera realiza es doble para darle un techo al hijo y que este pueda estudiar en un futuro”, afirma.

Además de su local, el negocio cuenta con varios móviles que distribuyen las chipas en diferentes ciudades del país. También reciben pedidos para eventos especiales, como bodas, donde las chiperas llevan chipas y cocido para el desayuno.

María Ana se siente feliz de poder ayudar a otras mujeres a través de su empresa. “Me emociona, soy mujer y nosotras, las mujeres, pasamos muchas cosas y conozco a mis compañeras de trabajo, y si a alguien le pasa algo tenemos que luchar todas juntas”, expresa con orgullo. Para ella, la mujer paraguaya es guapa, honesta, trabajadora, dedicada, luchadora y valiente.

La historia de “La reina de la chipa” es un ejemplo de superación y determinación. María Ana López demostró que con esfuerzo y perseverancia, es posible alcanzar el éxito y ayudar a otros en el camino. Su chapería no solo ofrece deliciosas chipas, sino también oportunidades para mujeres que, como ella, luchan por salir adelante.

Hoy, a sus 69 años, María Ana puede mirar hacia atrás con orgullo y ver todo lo que ha logrado. De vendedora en la calle a exitosa empresaria, su historia inspira a muchos y demuestra que los sueños pueden hacerse realidad con trabajo duro y dedicación.

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